¿Para qué recordar? – Construcción de historia

Volumen 71 – Nº 01, 2014.

INDICE

Editorial

Comité Editor

Escritura – Letra Viva

La escucha en todos los sentidos, 

Salomón Resnik

Recordar y representar: un cambio de paradigma, 

Fred Busch

Irène Némirovsky. Entre la vida y la muerte, una pasión: la escritura, 

Carola Sepliarsky de Kuschnir y Juan P. Baena-Cagnani

Recuerdo, historia y destino, 

Maximiliano Martínez Donaire

La construcción del olvido, 

Claudia Roqueta

Las cosas no son como las vemos, sino como las recordamos, 

Laura Yaser y Luz Abatángelo

Re-escribir la historia. De la repetición transgeneracional a la elaboración, 

Adela Siebzehner

Con-Textos

Acerca del surgimiento del concepto articulador: un entrelazamiento entre la teoría y la práctica clínica, 

Mónica Hamra

El liberalismo en los orígenes de la Teoría de la Marginalidad del psicoanálisis, 

Luciano Rodríguez Costa

El porvenir del psicoanálisis y el psicoanálisis por-venir, 

Luis Kancyper

Arnaldo Rascovsky y el enigma de la infancia. Historia de un fundador de la APA, 

Marcela Broninsky

Obesidad infantil y soledad parental, 

Almudena Sanahuja, Marie-Anne Schwailbold, Lise Rosier y Patrice Cuynet

La pregunta de Bleger, 

Carlos Basch y Ricardo Bruno

El tercero. Reconocimiento. Conferencia dictada en APA (2013), 

Jessica Benjamin

Comentario al trabajo de Jessica Benjamin. Un pensamiento relacional, 

Teresa Nora Popiloff

Entrecruzamientos

Aventuras urbanas de la memoria y el olvido, 

Mario Sabugo

Institución – Formación

Las traducciones de Freud, 

Eduardo Safdie, Susan Rogers y Juan Carlos Weissman

Monografía: El olvido, Patricia Beatriz Lodeiro

Revista de libros

Otros escritos, Jacques Lacan.

Por Eva Dukarz

La vejez no pensada, Enrique Rozitchner.

Por Lía Ricón

Editorial

¿Para qué recordar, por qué el olvido, de qué historia hablamos cuando lo hacemos desde nuestro lugar de analistas?

Éstas y muchas otras interrogaciones son las que se abren a partir de los trabajos que se presentan en este Tomo LXXI, N° 1, 2014, con las cuales esperamos que el lector debata, dialogue y juegue con ellas a su antojo.

¿Para qué recordar? Freud comienza buscando el recuerdo del trauma, causa del síntoma en su decir, y edifica la teoría de la seducción donde el referente es un hecho ocurrido en la infancia. Este trabajo detectivesco termina en su desolada conclusión –“mis histéricas me engañan”–, dando paso al genial viraje desde la teoría del trauma al surgimiento del fantasma, que culmina con su tesis sobre los fantasmas originarios.

Queda así planteado el salto que va desde una causalidad y un determinismo empírico a lo estructural, sin quedar por ello resuelto el problema entre acontecimiento y estructura. Pero lo que deja firmemente establecido es que en ese antes en el que la memoria viaja y explora, más que el antecedente cronológico, importa la precedencia lógica y su función estructurante.

Dice J.B. Pontalis que la memoria es asunto de la psicología y de las neurociencias, pero que lo específico del psicoanálisis es la rememoración. Aquella que no es subsumible a la memoria ordinaria, y donde la importancia del recuerdo no corresponde a su adecuación a una realidad acordada entre todos, sino al proceso que despliega la queja presente en todo enunciado y que determina una nueva posición subjetiva.

Por ello, vale sostener que el gran descubrimiento freudiano consistió en lograr ofrendar al recuerdo un nuevo sentido, en la medida en que esa rememoración acontece al abrigo de un nuevo vínculo amoroso. Allí, en el campo analítico, transcurre la alquimia de la transferencia donde lo doliente recordado puede hacerse nuevamente presente, en la medida en que el juego transferencial se da con otro humano que permite la actualización en él de una figura arcaica, que resume la unidad de los contrarios.

También está el olvido, que puede actuar como atenuación del estímulo para permitir el almacenamiento en la memoria, o como olvido-defensa cuando la represión interviene para evitar el conflicto entre instancias. Pero Julia Kristeva incluye otra forma de olvido: el olvido-perdón. Variación benéfica que implica un corte en la cadena de causas y efectos, es decir, una suspensión del tiempo a partir de la cual es posible comenzar a reescribir la historia.

Los trabajos incluidos en ESCRITURA-LETRA VIVA, discurren sobre estas cuestiones: el recordar, el representar; sobre la pasión, el destino y la historia. Seguramente en estos textos podrán encontrar coincidencias con el propio pensar y discrepancias que darán lugar a polémicas que, esperamos, sean fructíferas.

En las otras secciones de la revista hay trabajos de mucho interés. Entre ellos, una conferencia dictada en APA por la Dra. Jessica Benjamin: “El tercero. Reconocimiento”, que es un texto inédito; y el aporte generoso del arquitecto Mario Sabugo, “Aventuras urbanas de la memoria y el olvido”, quien nos lleva de la mano por las calles de una metrópoli atestada de objetos, lugares e imágenes dedicados a mantener o modificar la historia.

Pensamos que el atractivo de esta revista reside en que la diversidad de enfoques nos impele a reformular y actualizar nuestra concepción de la práctica clínica.

Esperamos que puedan disfrutarla.

Comité Editor