Las ideas más significativas de Arminda Aberastury con respecto al psicoanálisis de niños y adolescentes
María Cristina Martínez-Cipolatti¹
Resumen
La autora propone una reflexión sobre las nociones más significativas de Arminda Aberastury con relación al psicoanálisis de niños y adolescentes a partir de algunos de sus artículos y libros. Sigue la transformación de las conceptualizaciones de la psicoanalista a través de una serie de interrogantes tales como: ¿su tío Maximiliano, destacable médico, fue el que la motivó a explorar la problemática de la niñez y adolescencia?, ¿su tratamiento psicoanalítico de una niña en 1937 marcó el nacimiento del psicoanálisis de niños en la Argentina?, ¿su técnica psicoanalítica podría ser considerada una reelaboración argentina de las ideas de Melanie Klein?, ¿qué opinaba Aberastury con respecto al análisis de niños y cuál es la técnica que utilizó?, ¿cómo caracterizó a la fase genital previa?, ¿qué importancia le otorgó a la figura del padre?
La autora sostiene que los trabajos de Arminda Aberastury son sustanciales e inspiradores tanto para la clínica como para la teoría, y que dan origen a una serie de preguntas como las que se acaban de mencionar. Considera de especial importancia la contribución de Aberastury al psicoanálisis de niños y adolescentes.
“El porvenir del psicoanálisis está en el psicoanálisis de niños”.
Sigmund Freud
“Uno de los conflictos más difíciles de solucionar en el ser humano es devolverle su capacidad de amar… de aprender a dar y recibir”.
Arminda Aberastury
Introducción
La intención de este trabajo es exponer algunas de las contribuciones de Arminda Aberastury, innegable iniciadora de la teoría y práctica psicoanalíticas del niño y del adolescente engarzadas a la historia del psicoanálisis en la Argentina. La singularidad y la trascendencia de sus trabajos, así como lo copioso de estos, la ubican entre los psicoanalistas que más han hecho por el pensamiento psicoanalítico en nuestro entorno. Su formación parte de la obra de Sigmund Freud, a la que se incorporan las de Hermine von Hug Hellmuth, Sophie Morgenstern, Anna Freud y Melanie Klein. Hasta el aporte de estas autoras, el psicoanálisis no se estimaba aplicable a los niños debido en particular a las características del lenguaje en la infancia.
La técnica de Aberastury tuvo sus raíces en la creada por Klein para el análisis de niños, de la cual se sustentó durante muchos años. Pero a partir de su experiencia llevó a cabo una serie de cambios a los que consideró fundamentales. Estos cambios se basan en la forma de conducir las entrevistas con padres y niños, en la significación acordada a la hora de juego y en el hecho de considerar que el niño expresa desde la primera sesión “la comprensión de su enfermedad y el deseo de curarse”.
Su enorme capacidad de trabajo se manifestó a lo largo de los diferentes artículos publicados en la Revista de Psicoanálisis, así como en muchos otros en la Revista Uruguaya de Psicoanálisis, la Revista Brasileña de Psicoanálisis, el International Journal of Psycho-Analysis, la Revue Française de Psychanalyse y la Revista Argentina de Psiquiatría y Psicología de la Infancia y de la Adolescencia. Esta aptitud creativa se puso de relieve también a lo largo de sus ponencias en congresos internacionales y argentinos de psicoanálisis y en los simposios en el marco de la Asociación Psicoanalítica Argentina. En estos artículos se descubren diversas consideraciones teóricas y técnicas en relación con el psicoanálisis de niños y adolescentes, así como aportes a la teoría evolutiva. En El psicoanálisis de niños y sus aplicaciones, expuso su técnica en el medio hospitalario. Participó con pediatras, cirujanos y odontopediatras en el cuidado profiláctico de la niñez. Consideró el psicoanálisis como psicohigiene en educación y en salud, y cuidados que incluyeron la terapia y el psicoanálisis familiar. También realizó trabajos relacionados con la psicología de la mujer y del adolescente, escritos sobre epilepsia, reflexiones sobre la técnica de supervisión en análisis de niños y del desarrollo del grupo psicoanalítico cuando habla de la “filosofía del hecho consumado”.
La Asociación Psicoanalítica Argentina (APA) es una de las asociaciones psicoanalíticas más prestigiosas en América Latina y es, en materia de psicoanálisis de niños, donde Arminda Aberastury fue la pionera y la formadora de esta especialidad. En 1973 la APA instituyó el Premio Arminda Aberastury al mejor trabajo sobre psicoanálisis de niños y/o adolescentes como homenaje a quien fuera precursora sobre esta temática en nuestro país. También la APA, en 1974, dispuso la creación del Departamento de Niños y Adolescentes que lleva su nombre. Lustig de Ferrer y Garma (1973) escribieron que “fue gracias a Arminda que se introdujo el psicoanálisis de niños en la formación psicoanalítica en el Instituto de Psicoanálisis de la APA, reconociendo con ello la importancia que tiene para todo psicoanalista el conocimiento de las etapas evolutivas, del lenguaje paraverbal y lúdico, y la comprensión del niño que persiste en todo adulto”.
Historia de vida
Arminda Aberastury nació en Buenos Aires el 24 de septiembre de 1910 en el seno de una familia tradicional, donde se cultivaba el respeto por el talento y la cultura. El padre fue descripto como un hombre tranquilo, centrado en su trabajo de procurador y gestor en distintas empresas comerciales. La madre, que siguió la carrera docente, tuvo cuatro hijos, de los cuales Arminda fue la menor. Su nombre tiene origen germánico y significa “la guerrera”, pero también “mujer encantadora, agradable y atractiva, que busca complacer y hacerse querer”. Arminda, por el color de su piel, fue nombrada cariñosamente con el apodo de “Negrita”, que se transformaría, con el correr del tiempo, en “La Negra” para amigos y colegas. Roudinesco (1988) dice que desde joven Arminda fue descripta como melancólica y de gran belleza.
El que más incidió en su formación fue su tío Maximiliano Aberastury, prestigioso médico que se especializó en los problemas de maternidad y de la infancia. Entre sus obras figuran Mortalidad de la primera infancia en Buenos Aires y Protección de la infancia.
¿Se puede pensar que este tío, que tuviera influencia en su vida, fue el que la animó a investigar la problemática de la niñez?
Cuando Arminda nació, el psicoanálisis ya tenía una posición prominente. Habían transcurrido algunos años de los inicios de la Sociedad de los Miércoles, cuyas reuniones se realizaban en la célebre Bergasse 19. En 1909, la Clark University (Worcester, Massachusetts) conmemoró el 20º aniversario de su fundación y su presidente, G. Stanley Hall, invitó a Freud y a Carl Jung a participar de la celebración donde Freud pronunció cinco conferencias sobre psicoanálisis (1909-1910). En 1910 se fundó la International Psychoanalitic Association (IPA) y también fue el año en el que el médico chileno Dr. Germán Greve Schlegel presentó el primer trabajo freudiano sobre la sexualidad infantil y los efectos de la terapia psicoanalítica en los síntomas obsesivos.
A los 17 años, Arminda emprendió la lectura de la producción freudiana cuando Federico Justo (un amigo de su hermano) le obsequió las Obras completas. Siguió la vocación por la enseñanza que distinguió a su familia y cursó la Escuela Normal. Luego, el Profesorado de Pedagogía en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Años después fue profesora de la cátedra de Psicología de la Niñez y la Adolescencia.
En 1933 conoció a Enrique Pichon-Rivière, quien dijo de ella “principalmente me atrajo su inteligencia. Además, era una mujer… diría que musical” (Pichon-Rivière, J., 2009). Ambos, seducidos por el psicoanálisis, compartieron durante muchos años conocimientos y preocupaciones científicas. Se casaron en 1937, un año después que Pichon se graduara de médico. Tuvieron tres hijos: Enrique, Joaquín y Marcelo. En 1937 trató psicoanalíticamente por primera vez a una niña que presentaba problemas en el aprendizaje escolar, hija de una madre psicótica. Llevó a cabo el tratamiento siguiendo las técnicas psicoanalíticas de Anna Freud con respecto al psicoanálisis de niños. Incentivada por la experiencia positiva con esta niña, comenzó a atender a otros niños con problemas de aprendizaje. Esta vivencia estimuló su curiosidad por el conocimiento del psiquismo del niño y su abordaje terapéutico.
Se puede afirmar que el año 1937 marca el nacimiento del psicoanálisis de niños en la Argentina.
El 15 de diciembre de 1942 se creó la Asociación Psicoanalítica Argentina. A los 31 años, Arminda comenzó su análisis de formación con Ángel Garma. Fue una de las primeras analistas didactas que se formaron en los primeros tiempos de la APA. Garma, al verla motivada por el análisis de niños, le recomendó la lectura de las teorías de Melanie Klein. Aberastury inició con Klein un intercambio epistolar que se extendió de 1945 a 1958. La mayor parte de la correspondencia entre ambas se refiere a los aspectos técnicos fundamentales: si la madre del niño podía estar presente durante la sesión, con qué juguetes había que armar la caja de juegos, y cómo debía organizarse el proceso terapéutico en su totalidad. Las cartas con Klein contribuyeron a que Aberastury aplicara la teoría y la técnica psicoanalíticas de esta autora y, de este modo, a resolver las dificultades que encontraba en el tratamiento con sus pacientes. Tradujo al castellano algunas obras de M. Klein con la colaboración de Betty Goode, a quien convenció de que comenzara a practicar el psicoanálisis infantil. Ambas fueron las primeras analistas en la Argentina que destinaron el psicoanálisis al tratamiento de niños. Años después, Susana Lustig de Ferrer se convertiría en la principal colaboradora de Arminda Aberastury. De esta manera, según Ben Plotkin (2003), “el análisis infantil pavimentó el camino para la recepción de las doctrinas y teorías de Melanie Klein, las cuales ejercían una influencia predominante en la APA hasta el comienzo de los años 70”.
En 1948, Arminda fue promovida a miembro adherente con la presentación de los trabajos Psicoanálisis de un niño esquizofrénico y Fobia a los globos de una niña de 11 años. En 1950 presentó su estudio sobre El juego de construir casas, su interpretación y valor diagnóstico y, con Algunos mecanismos en la neurosis, pasó a la categoría de miembro titular de la APA. Asistió al Congreso de París, donde presentó sus desarrollos sobre la fase genital previa y se encontró con Melanie Klein. En 1953, con la presentación de La transferencia en el análisis de niños, en especial en los análisis tempranos, pasó a ser designada psicoanalista didacta. En 1956 fue directora del Instituto de Psicoanálisis de la APA.
En 1957 expuso en París un trabajo sobre la sucesión de estadios durante los primeros años de vida, destacando por primera vez la fase genital previa. En 1959, iniciadora en el trabajo interdisciplinario, dirigió a un grupo de psicoanalistas en la Cátedra de Odontopediatría para cambiar el uso de anestesia general por anestesia local. En 1969 intervino en el 1er. Congreso Argentino de Psicopatología Infanto-Juvenil. También aceptó la invitación del analista brasileño Fabio Leite Lobo a realizar en Río de Janeiro un curso sobre Psicoanálisis de la Niñez y la Adolescencia.
Aberastury publicó una serie de libros: El juego de construir casas (1951 y 1961), Teoría y técnica del psicoanálisis de niños (1962), Historia, enseñanza y ejercicio legal del psicoanálisis (1967), El niño y sus juegos (1968), Adolescencia (1970), Adolescencia normal (coautor: M. Knobel) (1970), Aportaciones al psicoanálisis de niños (1971), El psicoanálisis de niños y sus aplicaciones (1972). De estos textos, los que son referencia ineludible para quienes escogen trabajar en psicoanálisis de niños, son Teoría y técnica del psicoanálisis de niños y Adolescencia normal.
En El juego de construir casas, su interpretación y valor diagnóstico, Aberastury propuso la utilización de un juego, el “constructor infantil”, con propósitos diagnósticos, tendiente a mostrar la fantasía inconsciente del esquema corporal que tiene un niño. Encontró que el niño expresa su esquema corporal manifestando su situación frente al medio y su relación con el espacio y su experiencia corporal. El niño se desarrolla en un espacio circundante que va ampliándose en la medida en que se multiplican sus relaciones de objeto. En su inconsciente cada una de las situaciones tiene una representación y la casa surge como su cuerpo, cercado de un espacio. Esta relación, que el niño expresa entre su esquema corporal y el espacio, se altera durante los procesos patológicos. La casa que el sujeto construye, al simbolizar su cuerpo, pone en evidencia las alteraciones y modificaciones. Relató casos en los que puede observarse cómo se simbolizan las dificultades de aprendizaje, las respiratorias (asma), los trastornos intestinales. Aberastury (1951) sostuvo que la observación de este juego “permite deducir la gravedad de la neurosis de acuerdo con el tipo y grado de deformación sufrida en la construcción y con su significado”.
La técnica del tratamiento psicoanalítico de niños que creó A. Aberastury la explicó en su libro Teoría y técnica del psicoanálisis de niños. Estableció una innovación con respecto a las entrevistas iniciales y posteriores con los padres y con el niño, especificando la importancia del “doble contrato”. Subrayó la validez del lenguaje verbal y no verbal para expresar los conflictos. El niño suele hacerlo a través de los dibujos, con su cuerpo o con objetos y en pocas palabras. Los padres, a diferencia de sus hijos, relatan las diferencias a través de las palabras. La evaluación de las entrevistas conduce a un diagnóstico y una indicación de tratamiento. Consideró que es posible establecer las condiciones del contrato analítico tanto con los padres como con el niño sobre la base de un vínculo bipersonal y de una “afectuosa reserva”. Distinguió la importancia de la hora diagnóstica y la de la primera sesión en el tratamiento de un niño y explicó que en ellas, aun en los niños de corta edad, se revelan sus fantasías inconscientes de enfermedad y curación.
¿Se produce en A. Aberastury una reelaboración de las ideas de M. Klein en el psicoanálisis argentino?
En Historia, enseñanza y ejercicio legal del psicoanálisis, A. Aberastury y colaboradores delinearon la historia del movimiento psicoanalítico argentino abordando sus características, la estructura del Instituto de Psicoanálisis y la reglamentación legal del ejercicio de la profesión en la Argentina.
En El niño y sus juegos, Arminda aportó una visión completa de la actividad del juego y su significado. Se sostuvo en la idea que Freud había expuesto con respecto al juego de su nieto con un carretel y también en la teoría de la génesis de los sueños en situaciones traumáticas. Se extendió sobre el tema del mecanismo psíquico de la identificación proyectiva que torna posible la formación de símbolos conducentes a la capacidad de pensar. Se formuló las siguientes preguntas: ¿por qué aparece un juego preciso y no otro a determinada edad?, ¿por qué hay niños en los cuales no aparece?, ¿por qué no jugar en el momento apropiado al juego respectivo al desarrollo ocasiona perturbaciones?, ¿por qué puede ser indicador de mal desarrollo el hecho de que no se manifieste determinado juego?
Se ocupó también del adolescente. Llevó a cabo valiosas investigaciones que publicó en dos libros: Adolescencia y Adolescencia normal (con colaboradores). Consideró (1970) que “la problemática del adolescente solo puede estudiarse en su interrelación con el medio familiar y social”. Sus trabajos pusieron en claro de qué forma el adolescente, en el logro de su identidad, se enfrenta al mundo de los adultos desprendiéndose de su mundo infantil. Siguiendo sus ideas, el adolescente realiza tres duelos: el duelo por el cuerpo infantil perdido, la bisexualidad y la renuncia al incesto; el duelo por el rol y la identidad infantiles; y el duelo por los padres de la infancia. Aberastury y colaboradores realizaron una notable contribución al proceso adolescente evaluando que hay un doble aspecto a tener en cuenta: los duelos del adolescente y el duelo que viven los padres, ya que tienen que separarse del hijo niño y evolucionar hacia una relación con el hijo adulto.
En Aportaciones al psicoanálisis de niños empleó la técnica de grupos con padres y madres implementada en el tratamiento grupal con niños y adolescentes. En este texto Aberastury desarrolló su teoría acerca de la dentición en el niño, distinguiéndola como parte de la denominada fase oral canibalística de Freud y de sadismo máximo de Klein. Efectuó recomendaciones acerca de qué medidas debían ser tenidas en cuenta para prevenir la ansiedad y agresión en el niño para el logro de una dentición sin dificultades.
En Psicoanálisis de niños y sus aplicaciones la autora puntualizó las posibles aplicaciones del psicoanálisis de niños. La obra consta de tres partes: en la primera narra aplicaciones de su técnica en la preparación psicoterapéutica del niño que debe atravesar una intervención quirúrgica. La segunda se refiere a la psicoterapia en la práctica odontopedriática y la tercera parte comprende trabajos de psicoanalistas, psicólogos y asistentes sociales sobre la psicoterapia de grupo familiar con niños. Ungar (2021) piensa que “el aporte de Arminda Aberastury como pionera, maestra de generaciones de analistas y motor para el desarrollo del psicoanálisis de niños de toda la región, fue muy relevante”.
El 24 de noviembre de 1972, a los 62 años, Arminda se quitó la vida ingiriendo una sobredosis de barbitúricos.
Los fundamentos teóricos del análisis de niños y adolescentes en Arminda Aberastury
Sigmund Freud fue el primero en emplear el método psicoanalítico en los niños con el tratamiento del pequeño Hans, un niño de cinco años con una fobia a los caballos. Freud efectuó el análisis a través del padre del niño, pero extendiendo los principios primordiales de la técnica analítica de aquella época e interpretándole a Juanito sus deseos edípicos y su angustia de castración. Aberastury (1952) sostuvo que “las observaciones de Freud durante el desarrollo y el tratamiento de este niño confirmaron sus conclusiones sobre el desarrollo sexual del mismo y sobre la estructuración del complejo de Edipo, conclusiones a las que había llegado durante el análisis de adultos”. Los primeros analistas disintieron en varios puntos con respecto a la técnica para analizar niños y la edad a partir de la cual el tratamiento podía ser aplicado. Hug Helmuth, psicoanalista vienesa, pionera en el psicoanálisis infantil, sostuvo que un análisis estricto solo puede llevarse a cabo a partir de los siete u ocho años. En un principio, Anna Freud pensó que el análisis solo podía emplearse en los niños a partir de la latencia pero, desde 1946, ensanchó este límite y pensó que los niños son analizables a partir de los dos años. Por su parte, Melanie Klein, quien hizo importantes aportes sobre el desarrollo infantil desde la teoría psicoanalítica, pensó que los niños podían analizarse a partir de la primera infancia.
¿Cuál es la opinión de Arminda Aberastury con respecto al análisis de niños?
Arminda sostuvo que la situación del niño frente al tratamiento analítico es diferente a la del adulto, ya que el niño no va al análisis por libre decisión sino que es llevado por sus padres, y lo más importante es que no produce asociaciones verbales, faltando así el instrumento fundamental del análisis de adultos. Arminda se planteó el problema de saber cuáles eran los medios de que se disponía para analizar al niño. Para responder a este interrogante se basó, así como la mayoría de los analistas, en las obras de Anna Freud y Melanie Klein, en quienes veía una primera formulación de una técnica específica en el psicoanálisis de niños.
Aberastury, a partir de su experiencia en el análisis con niños, vio que un mismo juego o juguete adopta distintos significados en relación con el contexto total, razón por la cual solo se entiende y se interpreta un juego cuando se considera el escenario en el cual tuvo lugar. El tema, la forma, los recursos, la variación de los juegos en el niño tienen un sentido que debe ser interpretado tal como se interpretan los sueños. Sus efectos se perciben en el modo en el que el niño reinicia y transforma un juego interrumpido como consecuencia de una interpretación. La interpretación debe estar presente desde el primer momento, aun en aquellos casos en que los padres estén presentes en la sesión. Aberastury (1946) sostuvo que “el niño expresa en sus juegos las fantasías inconscientes reprimidas y es por eso que mediante el análisis de la actividad lúdica tenemos acceso a las experiencias más profundamente reprimidas del niño y estamos en condiciones de ejercer una influencia radical sobre su desarrollo. La técnica de juego permite el análisis de la situación de transferencia y resistencia, la supresión de la amnesia infantil y de los efectos de la represión, así como el descubrimiento de la escena primaria”.
Así cono Freud descubrió que la compulsión a repetir situaciones traumáticas es la base del juego, Klein entendió la tendencia a jugar como una consecuencia de la ansiedad aguda del niño. Arminda, argumentando que estas dos nociones se complementaban, opinó que es la ansiedad la que pone en marcha la compulsión a la repetición. El niño, cuando juega, manifiesta fantasías y deseos a través de medios simbólicos valiéndose de los juguetes y de los actos. Por medio de personificaciones y simbolizaciones es posible el juego con personas y juguetes. Un dispositivo esencial en la actividad lúdica es separar las distintas identificaciones que están en el niño para constituir un todo. A través de los diferentes papeles, el niño consigue expulsar a los padres y a los objetos que fue incorporando durante la elaboración del complejo de Edipo. La compulsión a repetir las primeras relaciones de objeto hace posible la transferencia en el niño. A partir de la técnica de juego, Aberastury sostuvo que el niño es capaz de transferir a la analista de una forma “inmediata” y “espontánea” los sentimientos positivos y negativos que siente hacia sus objetos originarios. Consideró que la ansiedad moviliza la compulsión a la repetición, los mecanismos de simbolización y personificación que están en la base de la actividad del juego.
Subrayó la necesidad de prestar atención al mundo interior, la repercusión que este tiene sobre el mundo externo y viceversa, y de relacionar la ansiedad, la agresión y la culpa cuando las ansiedades han sido aliviadas por la interpretación. Aberastury (1952) intentó demostrar “que la capacidad de hacer transferencia es espontánea en el niño si se utiliza la técnica de juego, manteniendo la situación analítica, es decir, que el analista no tome medidas educacionales, sino que interprete la transferencia negativa y positiva y que no exija del niño ver en la figura del analista un objeto idealizado omnipotente”.
¿Cuál es la técnica que utilizó Arminda Aberastury?
Aberastury empleó la técnica de Melanie Klein, quien estudió las características de los análisis tempranos, de los análisis en período de latencia y durante la pubertad. La técnica a utilizar varía según la edad del paciente, su estructura y desarrollo mental, aproximándose a la técnica de adulto o a la de niños. El niño elabora en el juego su propia experiencia. Por medio del juego puede transformar una situación vivida pasivamente y hacerla activa o puede desempeñar otro papel del que ha vivido en su experiencia o cambiar su resultado. También puede permitirse representar papeles prohibidos por la educación o por su Superyó. En su opinión, los juegos infantiles se comprenden si se estudian como los sueños: teniendo en cuenta tanto el simbolismo como la expresión hablada del niño.
En los análisis tempranos la técnica predominante es la del juego. Las primeras interpretaciones abren el camino al inconsciente. El niño está bajo la influencia de sus experiencias y fantasías, pudiéndose interpretar las fantasías sádicas o su representación del coito. El primer plano lo ocupa la escena primaria.
En el período de latencia, la preponderancia de la represión hace que la actividad imaginativa sea limitada. Las experiencias están desexualizadas y la lucha contra la masturbación origina cierta cautela en los niños, que manifiestan una actitud adversa frente a la investigación sexual. Su Yo es todavía débil. El primer plano está ocupado por la diferencia de sexos y la curiosidad sexual. El trabajo analítico se opone a las tendencias del Yo del niño, motivo por el cual, al comenzar el análisis, se debe procurar la comunicación con su inconsciente para lograr la colaboración de su Yo. Las primeras interpretaciones posibilitan que se establezca la situación analítica. La imaginación del niño se vuelve más libre, al igual que su lenguaje, que se hace más fluido. El niño va adquiriendo idea de lo que es el trabajo analítico, lo que sería para M. Klein el equivalente de la conciencia de enfermedad en el adulto.
La vida de fantasía del adolescente es abundante pero su relación con el contexto es distinta a la de los niños. El adolescente trata de recompensar la ansiedad disimulándola frente a los demás y a él mismo: una de las formas de lograrlo es la actitud de rebeldía y desconfianza que lo caracterizan. Esta postura, que el adolescente reproduce frente al analista, es una importante dificultad técnica que puede vencerse si se accede a la ansiedad del paciente y a sus efectos, que expresa a través de una postura negativa y de defensa en la transferencia.
La fase genital previa
A partir de su experiencia, Aberastury comprendió la trascendencia que tiene la genitalidad en la iniciación del complejo de Edipo temprano, elaborando un esquema del desarrollo de la sexualidad infantil e incluyendo la explicación de una fase genital previa en el lactante. Optó por esta designación porque en su opinión esta fase precede a la fase anal, mientras que en el esquema del desarrollo sexual propuesto por Freud, se la sitúa después de la fase anal. Encontró una íntima relación entre el inicio de la fase genital y la dentición, entre la declinación del complejo de Edipo y la caída de los dientes de leche. Dirigió su interés a la edad en la cual la aparición del diente señala el abandono del pecho porque es lo que impulsa al niño a la exploración de otra forma de contacto, suplantando el logrado a través de la boca y el pecho (o sustituto) a la aparición de la fase genital previa, en la que los genitales estarían consagrados a ser los sucesores de la primera forma de unión postnatal.
La manifestación de los dientes en la fase oral sádica, que hace posible la realización de las fantasías de destrucción, establece el abandono del vínculo oral y la necesidad de recrearlo mediante otra parte del cuerpo. En esta edad, el hallazgo de la vagina en la niña y la necesidad de penetrar en el varón inaugura la etapa genital a la cual se refirió Aberastury y en la que la unión pene-vagina sustituye a la de la boca en el pecho. La dificultad en la realización de esta unión lo conduce a la elaboración de la pérdida, a la búsqueda del padre y a la de nuevos objetos del ambiente.
¿Qué importancia le otorgó Aberastury a la figura del padre?
Así como Klein describió cómo se estructura la figura de la madre en la mente del niño, Aberastury sostuvo que se establece un proceso similar con respecto a la figura del padre. Con la iniciación del complejo de Edipo y con la elaboración de la posición depresiva, la figura del padre adquiere un nuevo significado y una doble función: poder desprenderse de la relación con su madre y hallar una fuente de identificación masculina imprescindible tanto para la niña como para el varón. La condición bisexual del hombre hace necesaria la pareja madre-padre para que se logre el desarrollo armónico de la personalidad. Para Aberastury, el desplazamiento de la madre al padre se acompaña de un desplazamiento continuado de lo oral a lo genital.
¿Qué papel desempeñan la bipedestación y la marcha?
Emergen como una necesidad del niño de separase de la madre para no destruirla. Aberastury (1964) afirma que “lo mismo acontece con el lenguaje, que le permite la reconstrucción mágica de los objetos y sirve para elaborar la ansiedad depresiva incrementada por la dentición”. Consideró que su propuesta era indispensable para entender los numerosos síntomas en el lactante que, durante mucho tiempo, fueron conocidos con la denominación de “trastornos de la dentición”. Asimismo, las zoofobias hallarían su definición en la presencia de la fase genital previa.
En su opinión, al aludir a la existencia de una fase genital previa a la fase anal, se modifica el esbozo del desarrollo de la libido favoreciendo la comprensión de algunos “trastornos tempranos infantiles” que ocurren durante la segunda mitad del primer año y enfatizando la importancia esencial de la vida genital del lactante y sus resultados en la genitalidad del adulto.
A modo de conclusión
Los textos de Arminda Aberastury muestran la transformación que sufrió su conceptualización a lo largo de su trayectoria en el dominio del psicoanálisis del niño y del adolescente. Como psicoanalista fue su amor por la obra freudiana lo que la condujo a defender el derecho de los analistas legos al estudio y práctica del psicoanálisis. Mostró su agradecimiento a Freud por haber descubierto el psicoanálisis, método terapéutico al que el sujeto le debe tanto con respecto a su salud mental como al hecho de ser más libre en la manifestación de los afectos y la capacidad de trabajo. Sostuvo que el trabajo analítico de Freud abrió nuevos caminos a la sublimación, explicitando que en tanto rama del conocimiento y de la cultura es donde la mujer llevó a cabo las más valiosas aportaciones.
Hubo un suicidio. ¿Hubo hechos familiares que condicionaron la aparición del suicidio? Esta súbita desaparición no puede oscurecer la innovación, la creatividad y el valor de los trabajos psicoanalíticos que sitúan a Arminda Aberastury entre las psicoanalistas que más han hecho por el desarrollo del psicoanálisis de niños y adolescentes en nuestro entorno. Se observan a lo largo de sus producciones psicoanalíticas pinceladas de su propia creatividad. No es una repetidora de las ideas de Freud o de Klein, sino que estos autores fueron faros que iluminaron de manera diferente sus ideas.
La riqueza de su producción escrita, la sensatez y el buen juicio que caracterizaron sus supervisiones y la prodigalidad de su labor asistencial son signos distintivos que caracterizan la profundidad de su obra consagrada, fundamentalmente, al psicoanálisis de niños y adolescentes.
¹ cristinamcipolatti@fibertel.com.ar. Miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina.
Descriptores: HISTORIA DEL PSICOANÁLISIS / ASOCIACIÓN PSICOANALÍTICA ARGENTINA / PSICOANÁLISIS DE NIÑOS / BIOGRAFÍA / TÉCNICA PSICOANALÍTICA EN NIÑOS / JUEGO / ADOLESCENCIA / ETAPA GENITAL PREVIA
Candidato a descriptor: ARMINDA ABERASTURY
Abstract
Arminda Aberastury’s most significant ideas regarding child and adolescent psychoanalysis
The author proposes a reflection on the most significant notions of Arminda Aberastury in relation to child and adolescent psychoanalysis based on some of her articles and books. She follows the transformation of the psychoanalyst’s conceptualizations by formulating a series of questions, such as the following: Was it her uncle Maximiliano, an outstanding physician, who motivated Arminda to explore the problems of childhood and adolescence? Did her psychoanalytic treatment of a girl in 1937 mark the birth of child psychoanalysis in Argentina? Could her psychoanalytic technique be considered an Argentinean reworking of Melanie Klein’s ideas? What was Aberastury’s opinion on child analysis and what was the technique she used? How did she characterize the early genital phase? What importance did she attach to the father figure?
The author argues that Aberastury’s works are substantial and inspiring for both the theory and the clinical work, and that they give rise to a number of questions such
as those just mentioned. She considers of particular importance her contribution to child and adolescent psychoanalysis.
Keywords: HISTORY OF PSYCHOANALYSIS / ARGENTINE PSYCHOANALYTIC ASSOCIATION / CHILD PSYCHOANALYSIS / BIOGRAPHY / PSYCHOANALYTIC TECHNIQUE IN CHILDREN / PLAY / ADOLESCENCE / EARLY GENITAL STAGE
Keyword candidate: ARMINDA ABERASTURY
Resumo
As ideias mais significativas de Arminda Aberastury com respeito à psicanálise de crianças e adolescentes
A autora propõe uma reflexão sobre as noções mais significativas de Arminda Aberastury com relação à psicanálise de crianças e adolescentes a partir de alguns dos seus artigos e livros. Continua a transformação da conceitualização da psicanalista através de uma série de questionamentos tais como: seu tio Maximiliano, médico destacável, foi quem a motivou a explorar a problemática da infância e adolescência? O tratamento psicanalítico que realizou pela primeira vez em uma criança, em 1937, marcou o nascimento da psicanálise de crianças na Argentina? A técnica psicanalítica de Aberastury poderia ser considerada como uma reelaboração das ideias de Klein na psicanálise argentina? O que opinou Aberastury com respeito à análise de crianças e qual é a técnica utilizou? Como caracterizou à fase genital prévia? Que importância Aberastury lhe deu à figura do pai?
A autora defende que os trabalhos de Arminda Aberastury são substanciais e inspiradores no que diz respeito à clínica e à teoria, dando nascimento a uma série de perguntas como as que acabam de ser mencionadas. A contribuição de Arminda à psicanálise de crianças e adolescentes é considerada de especial importância.
Palavras-chave: HISTÓRIA DA PSICANÁLISE / ASSOCIAÇÃO PSICANALÍTICA ARGENTINA / PSICANÁLISE DE CRIANÇAS / BIOGRAFIA / TÉCNICA PSICANALÍTICA COM CRIANÇAS / JOGO / ADOLESCÊNCIA / FASE GENITAL PRÉVIA
Candidato a descritor: ARMINDA ABERASTURY
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