Jugar jugando. De niño a adulto
Clara Benseñor, Ricardo Vergara Ediciones, 2023, 136 pp.
Hemos atravesado años muy duros con la pandemia, con pérdidas humanas de familiares y amigos muy queridos. Pero también tuvimos la suerte de que muchos autores/as publicaron una gran cantidad de libros que han salido a luz. Este es uno ellos.
La autora vuelve a dar una vuelta de tuerca sobre un tema que nos toca tan de lleno a los psicoanalistas que trabajamos con niños y niñas: El juego y el jugar.
Quien se dice psicoanalista de niños/as sabe muy bien que para establecer un vínculo terapéutico con su pequeño paciente tiene que tirarse al piso, pintar, enchastrarse, cumplir con distintos roles que le hacen interpretar, narrar historias, en suma, poner el cuerpo como hace una madre o un padre en la crianza de un hijo/a. Tenemos que estar a disposición del niño/a para crear la Otra escena. Reitero en este concepto: no es jugar por jugar. El “Jugar jugando” nos lleva al otro lado del espejo: ahí es donde vamos a encontrar a los personajes buenos (reparatorios) y malos (traumáticos) con los que se tienen que enfrentar nuestros pacientitos/as.
En el primer capítulo Clara hace un recorrido muy interesante desde distintas disciplinas que estudian el juego: sociología, antropología y la filosofía, el psicoanálisis.
En los capítulos siguientes se interna en el psicoanálisis para describir con precisión los temas que a todo psicoanalista de niños/as le son familiares: materiales de juego, hora diagnostica, la historia del psicoanálisis de niños/as, materiales clínicos. Capitulo por capitulo toma cada tema para desarrollarlo con precisión en relación con el título de ese capítulo: desarrollo y evolución del juego, la función simbólica, la comunicación con el otro son algunos de los tópicos que la autora investiga.
Por otro lado, me ha gustado mucho que Clara nombre a quien considero la precursora del psicoanálisis de niños/as: Hermine von Hug-Hellmuth, cuyo final trágico hizo que recién en los últimos años se la comience a reconocer. Todos los desarrollos que hicieron M. Klein y Anna Freud ya estaban en los primeros escritos de Hermine. Por supuesto que esto no invalida los aportes tan importantes que hicieron estas autoras.
Me detengo en el capítulo 6 que describe los videojuegos. Tema apasionante ya que se trata, no solamente, de la descripción tan detallada que hace la autora ssino que me estimula para agregar algunas cuestiones relativas a la subjetividad en nuestros días. La pregunta que me hago es la siguiente: ¿Qué pasa con el cuerpo? Sabemos que el primer Yo es el Yo corporal que se construye en el vínculo con un adulto responsable encargado de transformar las angustias primitivas en representaciones tolerables para el bebé, como lo describieron y desarrollaron tantos autores en el campo psicoanalítico.
Como dice Clara: “Si en las primeras relaciones objetales el niño cuenta con la presencia de un adulto metabolizador de las mociones pulsionales y los estímulos externos, se instalarán huellas libidinales, se crearán representaciones de cuidado y sostén frente a percepciones heterogéneas y abrumadoras provenientes del exterior. Por lo tanto, el niño contará con recursos internos que lo protegerán de los efectos nocivos de las nuevas tecnologías, siempre y cuando siga siendo acompañado por el adulto, que mediatice el uso de los videojuegos, para que no juegue solo compulsivamente y pueda compartirlos con otros niños o integrarlos en su intercambio con otros adultos”.
Pienso que la pregunta del millón, es, por la carencia de adultos que puedan ofrecer la operación metabolizadora de esas mociones pulsionales. “Se necesita una aldea para criar a un niño” (proverbio africano). Esa aldea se está perdiendo por múltiples razones: trabajo a destajo de los progenitores, en el mejor de los casos. En el peor, hay un alto porcentaje de la población desempleada llevando mucha angustia a sus hogares. El filósofo F. Berardi nos dice que en la actualidad los niños aprenden las primeras palabras desde la máquina y no desde el otro adulto. Por lo tanto, la máquina está en el lugar del semejante. ¿No será esto uno de los motivos que vemos en nuestros consultorios a niños y jóvenes con angustias y padecimientos más graves que en años anteriores?
Para ir finalizando, felicito nuevamente a Clara por este libro ya que es un estímulo importante para los lectores que se interesen por el apasionante mundo del psicoanálisis de niños/as.