The International Journal of Psychoanalysis

Londres, Reino Unido, Vol. 102, N.º 1 (2021), (216 páginas)

Este número del TIJP se dedica, principalmente, a considerar las nuevas formas que la experiencia del tiempo adquirió en la pandemia y las consecuencias que esta situación tuvo en diferentes ámbitos de nuestra disciplina. 

            Dana Birksted-Breen, directora del TIJP, en su editorial, dice que la evocación a Penélope, del mito de Ulises, se debe a que la temporalidad ocupa una posición central en el psicoanálisis (Birksted-Breen, 2016). Con la pandemia, los hilos que componían nuestro escenario habitual se “destejieron”. Los autores que aparecen en este número reflexionan sobre estos efectos. 

            Penélope alude a algo señalado por J. Laplanche (1999), quien dice que el uso que hace Homero de la palabra griega “deshacer o destejer”, es un vocablo sinónimo de “analizar”. En ese sentido, “destejer” puede referirse a la idea de crear algo nuevo según sea la capacidad de hacer el duelo, o también puede servir para pensar aquellas situaciones en las que el destejer es equivalente a intentar detener omnipotentemente el tiempo (Birksten-Breen, 2003). 

            El eje de este número de la Revista está ubicado en la temporalidad, realidad psíquica/realidad fáctica, mundo interno/mundo externo, presencia/ausencia. De este modo, la alteración del tiempo se entrecruza con la modificación del espacio. No solo se retoma la idea de pensar lo transitorio y lo permanente sino también el contexto y sus efectos en el encuadre, las modificaciones a partir de las restricciones forzadas y los interrogantes que surgen de la relación entre el mundo interno y el mundo externo, los diferentes modos de entender la preeminencia de uno sobre otro, la irreductibilidad de esta tensión. Estas temáticas abarcan un espectro de reflexiones que van desde las experiencias clínicas en la práctica privada y pública hasta investigaciones de carácter más conceptual o teórico. 

            En este número, se destacan dos trabajos premiados por el Premio TIJP al mejor artículo relacionado con la crisis del coronavirus: Piotr Krzakowski: “Covid-19 en cinco actos” (Covid-19 in five acts). El autor analiza el desarrollo de la pandemia en Francia, entre marzo y mayo de 2020, durante lo que fue en Europa la primera ola. Estos “actos”, según entiende el autor, van desde el inicio de la puesta en marcha de las sesiones a distancia bajo las presiones sanitarias y las recomendaciones de nuestras instituciones psicoanalíticas, pasando por la discusión de si la labor como personal de salud de un psicoanalista debiera considerarse esencial o no, hasta los efectos de las sesiones a distancia y la hipótesis de que en este contexto quedó manifiesto un elemento maternal en el desarrollo de ellas, imperceptible en tiempos normales, para como último “acto” proponer una serie de talleres con el fin de encontrar una respuesta a este inesperado acontecimiento global. 

            M. Bomba, J. Velt (Italia) y J. F. Alibert (Francia), en “Juego y realidad virtual: video-análisis a distancia con niños y adolescentes durante la pandemia del Covid-19” (Playing and virtual reality: Teleanalysis with children and adolescents during the Covid-19 pandemic), se preguntan acerca de cuáles son los interrogantes que surgen en la práctica analítica con niños y adolescentes durante la pandemia y si las nuevas prácticas relacionadas con lo virtual permiten la creación de un área de juego virtual terapéutico así como también la continuidad de un proceso analítico. En un exhaustivo recorrido bibliográfico, las autoras hacen referencia a artículos publicados en los últimos treinta años en los que se discute sobre la eficacia y las complicaciones de los análisis a distancia con adultos (J. Lindon, 1988; S. Zalusky, 1998; S. Argenteri & J. Mehler, 2003; S. Brainsky, 2003; M. Leffert, 2003; T. Essig, 2015; G. Russell, 2015; S. Turkle et al., 2017, L. Erlich, 2019). Sin embargo, destacan que no hallaron material específico sobre el uso de herramientas virtuales para trabajar en análisis con niños y adolescentes. Presentan su propia experiencia con este segmento de la población y comparten sus reflexiones teóricas y técnicas acerca de esta cuestión. En particular, hablan de los cambios técnicos y del profundo impacto que esto ha provocado en la relación analítica. A través de ejemplos clínicos y partiendo de un vértice teórico basado principalmente en desarrollos de Winnicott y del concepto de trauma acumulativo de M. Khan (1963) discuten sobre la oposición entre el uso fetichista y el transicional de lo virtual, la negación de la separación y el reconocimiento de la alteridad. Destacan que la herramienta del video puede generar en los niños una hiper-excitación y desatar perversiones sexuales infantiles. No obstante, para las autoras, la co-creación de una zona de juego transicional virtual permite una continuidad psíquica suficiente para trabajar el material inconsciente.

            En esta línea de experiencias clínicas bajo circunstancias extraordinarias se suma el trabajo de R. J. Perelberg, “El diván vacío: amor y duelo en los tiempos de confinamiento” (The empty couch: Love and mourning in times of confinement). Presenta el tratamiento psicoanalítico de la paciente Madeleine, durante los primeros seis meses de la pandemia de Covid-19. R. Perelberg y su paciente Madelaine pasaron de un psicoanálisis presencial a un psicoanálisis de sesiones telefónicas. El artículo consta de una introducción que toma como referencia teórica formulaciones de J. Bleger (1967) y su construcción del marco analítico, D. Winnicott (1971) y su idea de que el encuadre puede ser pensado como un estado transicional entre la simbiosis (J. Bleger) y el encuentro potencial (D. Winnicott) y A. Green, quien destaca la importancia de la estructura encuadrante. R. Perelberg dice que el análisis de su paciente Madelaine demuestra que las dimensiones metafóricas del encuadre pueden sobrevivir en el analista y en el paciente aun bajo la ausencia de sesiones presenciales en un contexto de pandemia. 

            La autora, en el apartado: “El marco analítico y la relación simbiótica”, retoma a J. Bleger entre otros autores y comenta que debido al confinamiento obligatorio por la pandemia, Madelaine, sin poder ir al encuentro presencial, manifestó ansiedades con características de carácter más arcaico, que remitían a la relación simbiótica con la madre y que, previamente en el tratamiento, habían quedado ocultas pero que ahora afloraban con una potencia insoslayable. Por otra parte, la analista relata con relación a su contratransferencia, cómo se dio cuenta de su propia vivencia de depresión y tristeza al encontrarse en su consultorio sola, con un diván “vacío”. Situación que a su vez tuvo que contener y elaborar, para entender aquello que se reveló y que se propició en esta alteración del encuadre. También se sirve de un concepto de Y. Gampel, quien sostiene que cuando el paciente y el analista están insertos en el mismo contexto traumático ese “marco” silencioso, seguro, invisible, sufre una transformación y pasa a ser un “marco” siniestro y ruidoso.

            La analista presenta fragmentos de sesiones correspondientes a los meses de mayo, junio y julio de 2020. En la sesión de mayo, la paciente está en un estado regresivo, en el que asocia con el anhelo de reunión con su madre de la infancia, o su abuela, pero siente que se ha quedado atrapada con el fantasma del padre o con la madre mala intrusiva. En la sesión de junio, la paciente cuenta sobre la vuelta a su taller al que no iba desde marzo, asocia el confinamiento con el desarrollo en ella de una nueva fobia a las arañas, con la escultura Maman, de L. Bourgeois, con la cólera que le despierta su madre. La analista interpreta y la paciente cuenta que está empezando una nueva escultura de una figura humana en material de color verde. Perelberg relata su vivencia contratransferencial: asocia con un sueño, con el color verde de las piedras de jade en la tumba de su madre. Piensa que el trabajo de duelo se ha hecho presente para ambas. En la sesión de julio, la paciente cuenta que en la escultura que estaba haciendo finalmente emergió la figura de una mujer y que está contenta con la forma de la boca y los ojos, que la escultura parece cobrar vida. Se interroga si se trata una vez más de la imagen de su madre. La analista le responde con otra pregunta: ¿y si se tratara de ella misma?

            Las referencias en los apartados del artículo, “La primera narrativa” y “Otras reflexiones”, así como en la conclusión, apuntan a afirmar que en este tratamiento se pudo mantener la presencia de la terceridad que además incluye temporalidades diferentes el aquí y ahora, el allá y entonces y que el proceso analítico que aquí tiene lugar se concibe como un trabajo hacia la sublimación y la simbolización, que incluye la internalización de la mirada del analista y del encuadre, es decir, de las funciones materna y paterna. 

            Finalmente, se sugiere que la producción de una obra de arte (una escultura en este caso) por parte de la paciente durante el tramo final de este período representa un paso en la elaboración del trabajo de duelo hacia la simbolización. 

            Pero los artículos en este número no se limitan a reflexiones sobre la coyuntura particular de pandemia, sino que interrogan acerca de cómo las realidades psíquicas y las realidades sociales se afectan mutuamente.  

            Hay un interés de los autores para dar cuenta de sus experiencias clínicas en condiciones particulares de la práctica clínica y especulaciones teóricas.

            J. Lear: en “La transitoriedad”, S. Freud (1914). Realiza la relectura de este artículo, basado en sus reflexiones teóricas.

            V. Corbella: escribe acerca de: “Enactment: una revisión conceptual necesaria” (Enactment: A necessary conceptual review). Recorre la historia de las traducciones y los usos del término enactment y hace la comparación con términos relacionados con dicho concepto, así como también investiga la complejidad de su estatuto epistemológico. 

            Este número también plantea un eje que promueva el diálogo entre el psicoanálisis y la interdisciplina. J. Taipale, en su sugerente título: “La ilusión del contacto: reflexiones sobre una carta de Winnicott a Klein en 1952” (The illusion of contact: insights from Winnicott’s 1952 letter to Klein), analiza una carta de D. Winnicott de 1952 dirigida a M. Klein, en la que explora los éxitos y fracasos de los encuentros interpersonales tanto en la vida cotidiana como en ámbitos clínicos y en la comunidad histórica de psicoanalistas. 

            G. Sasso desarrolla su artículo: “La interfaz de psicoanálisis y neurociencia: una propuesta para una unificación de los modelos psicoanalíticos” (The psychoanalysis-neurosciences interface: A proposal for a hypothetical unification of psychoanalytic models). El artículo trata acerca de su pretensión a considerar la creación de un modelo clínico y teórico que permita entender la variedad y complejidad de los modelos psicoanalíticos y su relación con la neurociencia a partir del concepto de transidentificación proyectiva de J. Grotstein.

            K. von Klitzing & F. Schlenssog-Schuster plantean: “Lo difícil es tener una visión unificada del paciente…” (Winnicott): El trabajo psicosomático en un hospital pediátrico. (Our difficult job is to take a unified view of the patient…” (Winnicott): Psychosomatic work in children’s hospital. Los autores se refieren al trabajo que hacen como psicoanalistas en la unidad psicosomática interdisciplinaria de un hospital pediátrico. A partir de cuatro ejemplos clínicos, muestran la interconexión del ambiente, los vínculos, los procesos de desarrollo, las condiciones psíquicas y biológicas, y la manera en que las experiencias tempranas de amenazas y carencias pueden fragmentar la unidad psique-soma. Destacan los aportes de diferentes escuelas psicosomáticas psicoanalíticas e intentan articularlos con el trabajo interdisciplinario en el hospital y con el tratamiento psicoanalítico individual. 

            En la sección de comentarios de textos. El artículo seleccionado es “El psicoanálisis, aún”, de D. Anzieu. En su texto, considera que “ayer los psicoanalistas tuvieron que hacer frente a la resistencia del mundo al psicoanálisis. Hoy su tarea es todo lo contrario. Tienen que soportar la resistencia del psicoanálisis al mundo”. Más adelante, este autor afirma que “el psicoanálisis se ha convertido en un dogma de buen gusto, su arte, en su rutina silenciosa, el tratamiento, en un ritual y el plan de estudios, en una carrera”. 

            C. Chabert en “El psicoanálisis aún” (La psychanalyse encore). Comenta que el texto sirve para exponer las exigencias y contradicciones que han caracterizado la obra y la vida de D. Anzieu en las que, por momentos, se cree tener acceso a líneas de energía claras y discernibles, pero alrededor de las cuales giran múltiples orientaciones, numerosos intereses, formando una aureola difícil de captar, pero más aún de soslayar. Se puede mostrar esto a través del relato cronológico de hitos significativos en su vida, como sus años de formación, el doctorado en filosofía, el giro hacia la psicología, el encuentro con el psicoanálisis, o se puede hablar de él y sus múltiples intereses, tales como los métodos proyectivos, el psicodrama, el inconsciente y el grupo, la filosofía y los cuentos de hadas. D. Anzieu participó en diferentes sociedades psicoanalíticas, estuvo con y en oposición de J. Lacan. Llegó a la conclusión de que los grandes desacuerdos entre los psicoanalistas consisten en las diferencias respecto de los modelos de formación. Advirtió sobre el peligro de crear discípulos a imagen y semejanza. 

            Marcelo Viñar en “Un comentario sobre D. Anzieu” (A commentary on D. Anzieu), desde su línea teórica, dice que este escrito revela un enfoque original e inusual y que, desde el epígrafe, Anzieu adopta un tono provocador y desafiante que, a su vez, crea un lector polemista más que un devoto fanático. También dice que toma el mencionado epígrafe como una advertencia sobre las ventajas y los peligros de nuestro oficio. La fragilidad de un sujeto en regresión otorga al interlocutor un poder de sugestión que, en psicoanálisis, solo es legítimo cuando no se ejerce. Y el abismo de la sugestión puede ser inminente. La idolatría, según M. Viñar, es usar a los maestros como líderes sagrados. Este es un vicio que sofoca la espontaneidad de la experiencia freudiana, siempre marcada por la sorpresa de lo inesperado. Finaliza en que la diferencia entre una lectura referencial y una reverencial nunca es fácil de establecer. 

Natacha Delgado

natachajdelgado@gmail.com