Homenaje a Jean Allouch
Diego López de Gomara1
Il pleure dans mon Coeur
Comme il pleut sur la ville.
Paul Verlaine.
Estos versos de Verlaine nos sirven para acompañar la despedida de uno de los psicoanalistas que con más belleza y profundidad escribieron sobre las experiencias del duelo en el ser humano. Un psicoanalista que escuchó lo que dijo Lacan hacia el final de su vida en el cierre de un congreso sobre La transmisión (9/7/78): “Tal como llego a pensarlo ahora, el psicoanálisis es intransmisible. Esto es bien fastidioso. Es fastidioso que cada psicoanalista sea forzado –ya que hace falta que sea forzado– a reinventar el psicoanálisis”. En la figura de Allouch encontramos ese reinventor.
Jean Allouch asistió a los seminarios de Lacan y fue su analizado. Participó de la Escuela Freudiana de París desde su fundación hasta su disolución y luego estuvo entre los fundadores de la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis. No solo dictó seminarios en Francia, lo hizo también en varios países de latinoamérica. Tuvimos el gusto de recibirlo en la Argentina y entrevistarlo para nuestra Revista de Psicoanálisis (Vol. 58, N°1 2001). Fue en el año 2001, en los salones de un hotel cercano a la Avenida de Mayo, durante una Argentina conflictiva y revuelta.
De la entrevista por momentos desopilante recuerdo su estatuto de hombre sagaz, lo que lo transformaba en un extraordinario clínico (algo muy presente en su obra escrita), su enorme sentido del humor, la distancia que establecía entre la psicopatología y el psicoanálisis, y sus consideraciones sobre lo que puede decir un psicoanalista sobre lo social.
Hay una frase de índole borgiana que podría servir para transitar algunos duelos: “Solo se pierde lo que nunca se tuvo”. Aquellos que pudieron escuchar a Jean Allouch siempre lo tendrán en su conversación interna; aquellos que no, por el milagro de la letra, tienen la suerte de poder leer su extensa obra.
Descriptores: HOMENAJE / BIOGRAFÍA