Enfoques actuales en sueños y memoria
Volumen 75 – Nº 03, 2018.
INDICE
Editorial
Susana Vinocur Fischbein
Relectura y Reedición de clásicos
Traumas o satisfacciones de deseos en la génesis de los sueños.
Ángel Garma
Comentario al trabajo de Ángel Garma.
José Trezsezamsky
Primera conferencia de W. Bion en APA.
Wildfred Bion
Comentarios a la primera conferencia en APA de W. Bion.
Beatriz E. Miramón, Ana Terán de Corniglio y Eduardo M. Marin
Enfoques actuales en sueños y memoria
La saturación de la consciencia en los sueños, las sesiones y las ciencias.
Bernard Chervet
Acerca del autoengaño. Comentario al trabajo de Bernard Chervet.
Ricardo Spector
Comentario sobre el trabajo “La saturación de la consciencia en los sueños, las sesiones y las ciencias” de Bernard Chervet.
Leonardo Peskin
La memoria del fantasma. Sobre un psicoanálisis de los lazos vinculantes en parejas y familias.
Mirta Goldstein
La conjunción de sueño y memoria en el trabajo del aparato anímico.
Horacio Corniglio
El yo inconsciente: implicaciones para la posición científica de la teoría y la terapia psicoanalíticas.
Mark Solms
Funciones de la deformación en el sueño y la memoria.
Sabina Lambertucci-Mann
Los sueños en la selva amazónica: nuestras experiencias en la comprensión de los sueños.
Charles P. Fisher
Revista de Libros
El dolor social de nuestro tiempo. Néstor Carlisky, Juan José Falcone, Nilda Rodríguez Rafaelli (Comp.)
por Juan Pinetta
Revista de Revistas
Revue Française de Psychanalyse. Tomo LXXXI. No 4
por Irene Cusien
Revista Uruguaya de Psicoanálisis RUP. Montevideo, Uruguay, Vol. 125, Niños II
por Stella Maris Cutain
Obituarios
Luis Kancyper
por Claudia Borensztejn
Editorial
El presente número de la Revista aborda dos temas esenciales al pensamiento psicoanalítico: los sueños y la memoria. Miles de páginas se han escrito, ya sea aceptando, debatiendo o ampliando los propósitos y funciones del sueño en relación con la magna y más conocida obra de S. Freud, La interpretación de los sueños (1900).
Esta obra fue el medio que Freud utilizó para desarrollar su proyecto psicoanalítico, que tenía como objetivo revelar el misterio de la vida psíquica y su continua e inconsciente dinámica. De hecho, fue su teoría de los sueños la que transformó un procedimiento psicoterapéutico en una psicología profunda. Esto implicó el diseño de una técnica especial para desentrañar el sentido y el significado de las formaciones inconscientes y las formas en que los mecanismos psíquicos son operativos.
La actitud inquebrantable de Freud hacia su obra se refleja en sus múltiples revisiones a lo largo de ocho ediciones y en el hecho de que su modelo topográfico se creó a partir de los materiales de sus propios sueños. A los sueños se les asignó la función primordial de ser los guardianes del dormir. Si bien Freud mantuvo que eran actos psíquicos significativos, modificó gradualmente algunas de sus afirmaciones iniciales al introducir ideas innovadoras, es decir, la eficacia de los sueños como un tipo de proceso alucinatorio que permite recuperar los recuerdos tempranos, previos a la adquisición de la palabra, y el significado de los sueños traumáticos. A pesar de ello, se le reprocha el no haber reescrito su teoría para incluirla en la red de ulteriores conceptualizaciones: el así llamado modelo estructural de la mente.
Sin embargo, a continuación, el trabajo analítico con pacientes psicóticos y borderline, así como la consiguiente complejidad y el crecimiento de la práctica clínica, hizo que los psicoanalistas brindaran nuevos aportes frente a la turbulencia del funcionamiento psíquico y los trastornos de ansiedad mostrados por tales pacientes, cuyos sueños a menudo se clasifican como pesadillas. El intento de discernir los obstáculos que surgían en sus tratamientos implicaba revisar los principios conceptuales que subyacen a la práctica psicoanalítica.
Así se produjo un cambio en el vértice: el trabajo clínico de reconstrucción de los deseos infantiles se centró en la búsqueda de la conjunción constante en el paciente aquí y ahora. El significado simbólico de los sueños y el valor semántico del contenido latente dieron paso al valor del proceso del soñar.
Algunos autores consideran que hay sueños que no cumplen la función de contención, memorización y transformación simbólica de los estímulos e impresiones del mundo externo, y que tampoco permiten la comunicación con uno mismo y con los demás. No obstante, W. Bion sostuvo que el trabajo onírico puede usarse no solo para controlar y expulsar experiencias, sino también para transformar los estímulos y la realidad con el fin de que puedan almacenarse y convertirse en el contenido de lo que llamamos memoria. Sus seguidores se han centrado en el desarrollo del pensamiento y en el concepto de “espacio de sueño”, identificado como una estructura intrapsíquica.
Observamos, entonces, que la heterogeneidad de las perspectivas psicoanalíticas internacionales respecto de los sueños, y en similar medida sobre la memoria, tanto desde los enfoques hermenéuticos como desde los de la investigación neurológica, han causado gran impacto sobre la improbable existencia de un homologado consenso psicoanalítico acerca de los procesos de pensamiento, la técnica clínica, el lugar del significado en la interpretación de los sueños y el papel de la memoria.
Ya entrados en el siglo XXI, cabe, entonces, nuevamente preguntarnos cómo son recibidas, comentadas, revisadas y/o rechazadas las teorías clásicas sobre los sueños, aquellas que de manera indudable abrieron el camino para comprender el funcionamiento inconsciente.
Basado tanto en los fundamentos teóricos establecidos por Freud como en otras contribuciones freudianas y posfreudianas, este número presenta un enfoque intra e interdisciplinario en sentido amplio en torno al el análisis de sueños y la consideración de la memoria, cuyo propósito es obtener acceso a una mejor comprensión del funcionamiento mental de los pacientes.
Abrimos la sección Relectura y reedición de clásicos con el tra bajo de Ángel Garma Traumas o satisfacciones de deseos en la génesis de los sueños, en el que explica que las satisfacciones de deseos tienen una relativa importancia en la generación de los sueños y subraya la naturaleza frecuentemente maníaca de estos, los contenidos tanáticos latentes estanan encubiertos por otros vitales. La mezcla de vida y muerte, de satisfacción conjunta de Eros y Tánatos, o de satisfacción de lo destructivo bajo la máscara de lo placentero, es lo que se constituye en una satisfacción maníaca. Según el autor, la investigación de varios tipos de sueños parece confirmar tal suposición.
Un punto muy importante es la afirmación de Garma acerca de que hay otros tipos de pensamiento durante el dormir, además del de los sueños, una idea que también se contradeciría con los postulados de Freud, a menos que se desee llamar sueño a todo tipo de pensamiento dormido, lo que no parece justificado ni facilitaría su investigación. Al despertamos a la mañana en posesión de una idea valiosa que nos ha dado “la almohada”, no necesariamente implica que hayamos soñado con ella.
Garma anticipa preguntas que, de vivir hoy, encontrarían un interlocutor capaz de darle respuestas desde los avances de la neurociencia y el neuropsicoanálisis. Al plantearse: Es difícil de dilucidar cuál es la relación del pensar dormido no onírico con los períodos REM. Es posible que este pensar ocurra en estos períodos y también en los no REM. Durante el pensar reflexivo despierto, sobre todo si se realiza en forma de ensoñaciones diurnas, el individuo debe de tener en algún grado los mismos movimientos oculares que en los períodos REM, movimientos que no deben de existir cuando actúa.
Y agrega:
¿Qué aspecto tendrá el pensar no onírico del durmiente? Al hallarse en un estado de regresión psíquica por el hecho de dormir, podemos suponer que su pensar será también regresivo, arcaico y, por lo tanto, con imágenes visuales y no verbales. Aunque es probable que se mezclen unos y otros tipos de imágenes, tal como ocurre en los sueños, hecho que puede depender de que el dormir del individuo nunca es total.
Si los sueños se originan en pensamientos conflictivos, con contenidos reprimidos, a los que el Yo considera como muy destructivos, estos se imponen al yo durante el dormir y vencen su represión, lo que hace que dichos pensamientos sean traumáticos para él. Con seguridad, cuando el lector aborde el trabajo sobre la memoria de M. Solms, podrá entablar un diálogo imaginario y fructífero entre ambos autores.
José Treszezamsky nos refiere, a modo de un testimonio privilegiado, que, a cincuenta años de su publicación, este artículo sigue manteniendo su valor y un extraño efecto de resistencia que se hizo público y evidente en un congreso latinoamericano llevado a cabo en Rio de Janeiro en 1991. Durante una reunión en la que especialmente se le agradeció a Garma su trayectoria como investigador, analista y docente, una colega recordó que todos habíamos aprendido de él que los sueños son “realizaciones de deseos”, justamente el crucial aserto freudiano que el Maestro objetaba.
Como respuesta, Garma simplemente enunció su tesis fundamental: “Los sueños son alucinaciones de situaciones traumáticas enmascaradas”. Su comentario también ilustra, en forma anecdótica, especiales momentos de su vida como incansable y creativo trabajador.
Continuamos esta sección con una absoluta novedad para nuestra Revista: una transcripción inédita de la primera conferencia dada por Bion en APA, en julio de 1968. Esta fue donada a nuestros archivos por un colega anónimo. Apenas hemos retocado su texto a los fines de tener mayor claridad. En la conferencia, reconocemos el estilo y humor habituales de W. Bion, además de su proverbial honestidad al darnos los detalles de por qué consideró como fallidas sus “excelentes interpretaciones que contaban con la entusiasta aceptación del pa ciente”. Nos refiere que había empezado a sentirse algo cansado e irritado con las maravillosas sesiones en las que un paciente siempre estaba de acuerdo con sus interpretaciones, las que, sin embargo, no parecían ejercer el menor efecto.
A partir de su irritación creciente con el paciente, nos brinda una gran lección sobre la contratransferencia, y si bien concuerda con ella, la experiencia lo ha llevado a pensar que es muy improbable que alguna vez tengamos un análisis en el que nos veamos libres de tal fenómeno.
Enfatiza que, si bien se dice que uno puede hacer uso de la contratransferencia, desde el punto de vista técnico se trata de una idea errónea, puesto que el término contratransferencia debería reservarse para la respuesta inconsciente. Concluye que no se trata tanto de una contratransferencia como de una transferencia, en el sentido de que su fastidio está justificado por motivos que deberían ser conscientes. Otros temas que desarrolla son el problema de la libre asociación, y especialmente la necesidad de que el analista se capacite para desprenderse de la memoria y del deseo.
Beatriz E. Miramón, Ana Terán de Corniglio y Eduardo M. Marin elaboraron un profundo comentario sobre esta conferencia destacando los temas en ella tratados: la transferencia, la contratransferencia, el hecho seleccionado, el sueño, la complejidad que se despliega en la sesión, y la relación entre intuición y la revolucionaria expresión del autor: “sin memoria, ni deseos, ni sentidos”.
Nos informan sobre el hecho que Bion retoma el tema de la memoria y el deseo en sus Seminarios Clínicos de Los Ángeles, en abril de 1967. Dichos seminarios ofrecen una instantánea de un hito en la evolución de la idea de Bion acerca de la necesidad de que el analista abandone la memoria, el deseo y la comprensión como una cuestión esencial de la técnica analítica.
Estos autores consideran que los temas de la complejidad y multidimensionalidad que aparecen en una sesión, así como el valor de la intuición como he rramienta clínica, enmarcan y contienen a los otros conceptos mencionados.
La intuición será una herramienta fundamental en la captación de los fenómenos mentales en la concepción de mente ampliada que propone Bion. Respecto del tema del sueño, Bion ilustra la situación de saturación que interfiere con el pensamiento a través de las sesiones durante el primer año del tratamiento del paciente antes mencionado. Los comentaristas concluyen con una certera afirmación al postular que Bion nos brinda a través de su conferencia la posibilidad de ver la clínica como una “tarea consciente” en la cual se destaca el valor de su máxima: sin memoria, ni deseos, ni sentido , una expresión que conforma la base de los procesos intuitivos y del soñar.
En el apartado Enfoques actuales en sueños y memoria, podemos leer el muy interesante trabajo La saturación de la consciencia en los sueños, las sesiones y las ciencias, de Bernard Chervet, autor francés, quien ha recibido recientemente el premio Maurice Bouvet 2017 por el conjunto de sus trabajos.
Chervet sostiene que los procesos del pensar tienen la capacidad de realizar, como en el sueño y las sesiones, una saturación de la consciencia que reduce la percepción a la realidad que producen. A su vez, dicha saturación tiene la función de limitar las vivencias de falta o ausencia. Es este mecanismo, implicado en la investigación científica, el que produce el efecto de verdad. Todo descubrimiento conlleva un “perceptivo” creado por el funcionamiento mental del investigador y necesario a él. A pesar de ello, la búsqueda de la ecuación de la verdad nunca podrá abolir nuestra condición de impotencia. Concibe diferentes formas del pensar humano que se manifiestan según diversas modalidades: el pensar en imágenes, es decir, el pensar electivo del trabajo del sueño; el pensar sensual, característico de las vivencias erógenas; el pensar afectivo, que involucra lo cualitativo del trabajo psíquico; el pensar verbal; el concreto; el poético; el pensar anímico; el pensar en sesión, hasta el pensar abstracto de las formulaciones científicas al que considera monosémico. Propone el término perceptivo para mantener la ambigüedad de la realidad onírica que se impone en identidad de percepción, pero que no es una percepción sensorial, aunque así es frecuentemente considerado.
Chervet se ocupa de manera innovadora de otros conceptos esenciales relativos al soñar. Con relación a la no fácil diferenciación entre percepción y perceptivo, agrega los temas de juicio y prueba de realidad, su conceptualización de la saturación de la conciencia que combina así una denegación de una parte de la realidad perceptible y la imposición de otra realidad que depende de lo perceptivo —¿un eco, quizá, del concepto de Bion?—.
Dejamos que el lector se adentre en el profundo discurrir de Chervet, quien nos lleva hasta los debates acerca de si el psicoanálisis es o no una ciencia —en su sentido clásico de una acumulación de conocimientos—, y lo que ocurre con el malestar que introduce la interpretación, a pesar de que esta es un componente del pensamiento. Sugiere, entonces, si no convendría invertir la cuestión: ¿el psicoanálisis no obliga a pensar una nueva definición para la ciencia, que integre el acto de interpretar e incluso el acto de soñar?”.
Continuamos con el trabajo de Mirta Goldstein La memoria del fantasma.
..lSobre un psicoanálisis de los lazos vinculantes en parejas y familias. Es un trabajo que propone un modelo teórico para encarar la clínica psicoanalítica de parejas y familias desde una perspectiva lacaniana. Postula “un psicoanálisis de pareja y familia diferente del modelo de la psicoterapia vincular y de la erotología”, dado que, según la autora, “no es lo mismo entender el vínculo como siendo posible de adaptabilidad o como imposible de realizarse satisfactoriamente o sin malestar”. El concepto teórico central de su proposición es el de fantasma inconsciente, que organiza la realidad de cada sujeto y también sus vínculos.
Goldstein acuña la expresión lazo vinculante —diferenciándose del habitual uso del término vínculo— para referirse a un lazo que tiene que ver con la sexualidad. Argumenta con convicción que las intervenciones psicoanalíticas son posibles en el campo vincular, pero que no se trata de intervenciones pragmáticas o directivas, sino que el terapeuta se abstiene de poner en juego sus “opiniones” diagnósticas y no interviene en las decisiones. De ahí que se puede considerar un psicoanálisis y no una mera psicoterapia.
En La conjunción de sueño y memoria en el trabajo del aparato anímico, Horacio Corniglio, adhiriendo a una línea estrictamente freudiana de pensamiento, afirma que cualquier investigación de la memoria en general no debería prescindir de su relación con el sueño. También remarca que no es posible examinar cualquier operación anímica de forma aislada, “sino que demanda el análisis de la conjunción con otras operaciones para el logro de una comprensión del trabajo general del aparato anímico”.
Corniglio sostiene que se distinguen en Freud dos perspectivas respecto de los recuerdos en el sueño: una ligada a la primera época en la que prevalece la presunción del deseo inconsciente; y la segunda surgida de la teoría estructural, focalizada en la necesidad de establecer ligaduras. Esta segunda posición resignifica el papel de los recuerdos en el sueño y permite especular con una participación del soñar en la plasmación misma de la memoria.
Es muy relevante la idea de que la memoria “no sería simplemente un archivo de vivencias pretéritas, sino un producto en constante modificación de acuerdo con sucesivos contextos”. Refiriéndose al lenguaje y a los recuerdos en el trabajo del sueño, el autor afirma que estos son retrotraídos a sus fuentes en un camino regrediente.
Es así como las huellas de sucesos y la pregnancia emocional del primitivo significado de las palabras parece una recapitulación, “como si el sueño procurara rearmar la memoria sobre la base de un disparador actual que conlleva un cambio en el sentido de la historia”.
La memoria y el olvido concomitante se articulan en un proceso de montaje muy complejo.
Partiendo de proposiciones totalmente diferentes —que sin duda despertarán vivos debates entre nuestros lectores—, Mark Solms nos trae su pensamiento en El yo inconsciente: implicaciones para la posición científica de la teoría y la terapia psicoanalíticas.
En un número anterior de esta revista, Solms ya había publicado un trabajo que sostenía que el ello es intrínsecamente consciente. Este nuevo escrito agrega un corolario, a saber, que el yo es intrínsecamente inconsciente. Más específicamente, el yo aspira a permanecer inconsciente y solo tolera la conciencia temporalmente, únicamente en la medida en que tenga que hacerlo.
Solms afirma que en el lenguaje de la neurociencia computacional contemporánea, la tarea fundamental del yo es formular predicciones (planes de acción) en cuanto a la forma de satisfacer en el mundo sus múltiples necesidades. Su siguiente tarea consiste en actualizar tales predicciones sobre la base de la experiencia en curso. Este sería el “principio de realidad” de Freud.
En cuanto a la memoria —el tema que específicamente nos convoca—, el autor postula que en la medida en que las predicciones del yo acontecen, son retenidas en la memoria (“se consolidan” en vez de ser reemplazadas u olvidadas), mientras que aquellas que no funcionan son actualizadas (“reconsolidadas”) o desechadas.
El trabajo concluye con una visión general de las implicaciones de ciertas revisiones de la teoría clásica, con respecto al Ello y al Inconsciente, que según Solms, Freud confundió erróneamente entre sí. El resumen final de este artículo toma la forma de un manifiesto sobre las afirmaciones científicas fundamentales del psicoanálisis en la actualidad.
Finalmente, volviendo a los sueños, encontramos el trabajo de un psicoanalista americano, Charles Fisher, quien ha encabezado numerosas expediciones al Amazonas con el fin de estudiar las creencias de los aborígenes achuar, que viven en la frontera entre Ecuador y Perú. Fisher nos brinda un pormenorizado relato de las costumbres asociadas al relato de los sueños, que forman parte de la vida cotidiana de este pueblo.
Un principio central de la interpretación de los sueños achuar es que estos predicen el futuro. Los sueños generalmente se discuten e interpretan en entornos familiares, en una ceremonia previa al amanecer, con té wayusa.
Los ancianos son los intérpretes de los sueños, y sus interpretaciones se utilizan para hacer planes para el día.
Su extensa investigación concluye con algunas observaciones sobre las formas en que la orientación futura del sueño, la negociación del significado dentro de los grupos y el concepto de figurabilidad convergen con postulados psicoanalíticos y, también, se ajustan a ciertas observaciones de la neurociencia sobre el cerebro onírico.
Como es habitual, se han incluido interesantes actualizaciones de lecturas tanto en la sección Revista de Revistas como en de Revistas de libros.
Concluimos con un breve pero sentido homenaje a nuestro muy querido colega Luis Kancyper recientemente fallecido.
Comité Editor de la Revista de Psicoanálisis
Susana Vinocur Fischbein
Directora