Creencias, ideales y certezas
Volumen 76 – Nº 4, 2019.
INDICE
Editorial
Susana Vinocur Fischbein
Relectura y reedición de clásicos
Antisemitismo, paranoia y el testamento del Dr. Ley Marie Langer Comentario al trabajo de Marie Langer: “Antisemitismo, paranoia y el testamento del Dr. Ley”
Lía Ricón
Algunas consideraciones sobre los ideales
María Lucila Pelento
Comentario al artículo de María Lucila Pelento: “Algunas consideraciones sobre los ideales”.
María Cristina Rother Hornstein
Perspectivas psicoanalíticas sobre las creencias y el fanatismo
El sujeto de la creencia fanatizada
Mirta Goldstein
De la libertad de expresión al Estado Islámico: regresión patológica de adolescentes traumatizados pertenecientes a grupos de inmigrantes en Alemania
Marianne Leuzinger-Bohleber
Reflexiones acerca de las creencias. Una perspectiva desde el psicoanálisis y la epistemología genética
María Cristina Martínez-Cipolatti
Los comienzos del fanatismo: Una reformulación psicoanalítica a la luz del ideal y el duelo
Ana María Martín Solar
Reflexiones sobre los ideales y las creencias desde la visión clínica
Interrogación acerca de la evolución de los “ideales” del yo
Ilse Barande
Los innombrables. De la creencia a la expropiación psíquica en los niños
María Fernanda Rivas
Lo controvertido del tema del abuso sexual infantil en la historia del psicoanálisis
Ada Zimerman
Mesa Redonda
Acerca de las creencias, los ideales y las certezas
Jorge Kury, Rafael Paz, Cristina Rosas de Salas
Conferencia
Pluralidad y complejidad en psicoanálisis
René Roussillon
Puntualizaciones importantes acerca de la Conferencia de R. Roussillon “Pluralidad y complejidad del psicoanálisis”
Pola Roitman de Woscoboinik
20.º Jornadas Joseph Sandler. El conocimiento y el tratamiento de las depresiones. APA, IPA, UBA, Buenos Aires, 2019
Los mecanismos de cambio en el tratamiento psicoanalítico de la depresión. Algunas preguntas para los investigadores
Charles P. Fisher
Comentario al trabajo de Charles Fisher: Los mecanismos de cambio en el tratamiento psicoanalítico de la depresión
Susana Vinocur Fischbein
Discusión del trabajo de Charles Fisher: Los mecanismos de cambio en el tratamiento psicoanalítico de la depresión
Robert M. Galatzer-Levy
Revista de Libros
The Analyst’s Rêveries: Explorations in Bion’s Enigmatic Concept. Fred Busch Por Cecilio Paniagua
Revista de Revistas
Revista Chilena de Psicoanálisis
Por María Ester Hodari
Editorial
En nuestra convocatoria para este número planteamos que estaba dirigido a indagar en la naturaleza de las relaciones, convergencias y/o divergencias de las creencias, los ideales y las certezas, sus orígenes y lugar en la constitución del pensamiento, así como sus consecuencias en las diferentes formas de expresión psíquica. Consideramos importante trazar en nuestra Editorial el hilo conductor conceptual que nos llevó a plantear estas nociones y cómo se fueron enlazando en los diferentes trabajos de nuestros autores.
La filosofía define los ideales como una situación inalcanzable pero a la vez cercana. Es posible que estos puedan, ciertamente, volverse reales a través del esfuerzo y la creatividad. Por un lado, se considera que los ideales han favorecido la evolución de la humanidad; por otro, su distorsión ha tenido consecuencias nefastas. Los ideales también remiten a una serie de principios y creencias que se ponen de relieve tanto a nivel individual como social. Adheridas a los ideales se encuentran las cuestiones de las idealizaciones y las ideologías.
En psicoanálisis el tema de los ideales, más allá de su derivación del concepto de idea —ya sea en su acepción de representación o de proceso mental como producto del pensamiento—, se vincula de manera específica con los conceptos de yo ideal e ideal de yo.
La noción de idealización permite comprender tanto los mecanismos psicológicos individuales (la pasión, la perversión y la identificación psicótica) como los colectivos (la fascinación de un grupo con su líder, que frecuentemente lleva al fanatismo).
Numerosos autores han contribuido a enriquecer el concepto de idealización. Entre ellos, Melanie Klein (1952) ha desarrollado las nociones del objeto bueno idealizado y el objeto malo perseguidor, y Piera Aulagnier (1979) ha escrito sobre la idealización en la pasión y la psicosis a partir del concepto de alienación.
En la idealización, el objeto se establece en lugar del ideal del yo, contrariamente a lo que sucede en la identificación, en la cual el yo es el que toma el lugar del objeto. La idealización sería el resultado de un fracaso del superyó y del ideal del yo para formarse en el desenlace del complejo edípico. En la idealización, el yo no puede servir como ideal en un proceso saludable de identificación que asegure que los primeros objetos idealizados pertenezcan al yo.
En referencia a las ideologías, siempre han estado asociadas con ideas socialmente compartidas, en cuanto que relacionadas con estructuras sociales y culturales. De ahí que mucho de lo que se ha dicho en torno de las ideas puede también aplicarse a las creencias.
La creencia es la condición de sostener que una cosa es verdadera o probable, dar crédito a una persona, a una idea, a tener fe en una historia. La creencia no consiste en un pensamiento limitado a lo existente, o a lo que puede ser verdadero o falso, permitido o prohibido, aceptable o inaceptable, sino al producto de juicios basados sobre valores o normas.
Las ideologías pueden definirse como un conjunto de creencias, algunas de ellas básicas y otras más abstractas. Además, las ideologías como sistemas de creencias caracterizan tales fenómenos como los símbolos, los rituales y los discursos.
Freud sospechaba de las creencias, y su experiencia clínica tendía a hacerlo pesimista sobre la posibilidad de separar la creencia de la ilusión, dado que la creencia siempre se asocia con una negación de la realidad. Sin embargo, su escepticismo no significaba un rechazo de los valores. Los valores eran realmente necesarios para el progreso de la cultura y su corolario —la renuncia a la satisfacción inmediata de los impulsos instintivos—. Sin embargo, en su opinión, los valores de la civilización exigen un escrutinio verdaderamente crítico que se aferre a uno de los principios más importantes: no temer ninguna verdad, no importa cuán dolorosa pudiera ser.
En consecuencia, quizá parezca paradójico ocuparse de las creencias en el contexto del psicoanálisis. Freud se describió a sí mismo como no creyente y no ocultó su ateísmo. Su posición con respecto a la verdad no comprobada le hizo ver la creencia como una incoherencia que necesitaba ser explicada. Influenciado por el positivismo y el cientificismo de su tiempo, consideraba que la creencia era una reliquia de la infancia.
Freud aborda directamente el tema de la creencia en una nota que acompaña a una carta a Wilhelm Fliess. Allí la creencia se describe como un fenómeno que pertenece enteramente al yo (consciencia), sin ningún inconsciente. El tema ya se había abordado indirectamente en el capítulo 12 de los Estudios sobre la Histeria ([1893-1895] 1973), donde se la asocia con la superstición, y más tarde en el último apartado de Psicopatología de la Vida Cotidiana (1901).
Respecto de la certeza, el Diccionario Internacional de Psicoanálisis (Mijolla, 2005) la define como una convicción moral interna resultante de la reflexión, o subjetivamente impuesta en forma de intuición o iluminación; la certeza es un sentimiento intelectual que transpone la evidencia sensorial hacia el ámbito del pensamiento.
En realidad, Freud pensó poco en ella, excepto al considerar su opuesto, la duda, o en relación con la idea de convicción, que connota un contenido ilusorio o erróneo (convicción delirante). Es especialmente en el área de la superstición y el conocimiento de lo paranormal donde Freud investigó la noción de certeza. Al igual que con el delirio paranoico, ve su origen en una proyección de los contenidos de lo inconsciente en el mundo exterior.
Esta idea se desarrolló en conexión con el pensamiento animista y luego con la categoría de experiencia, que incluía sentimientos de ver o experimentar algo que uno ha visto o experimentado antes (déjà-vu), y sentimientos de alienación (Entfremdung), o lo siniestro (Unheimlichkeit). Lo que está en cuestión en todos casos son “las convicciones primarias obsoletas” asociadas con una incapacidad primordial para diferenciar el yo del mundo exterior.
El análisis de Freud de los sentimientos religiosos, a los que Romain Rolland se refiere como “sentimientos oceánicos” (Freud, [1929] 1930), le brindó la oportunidad de preguntarse acerca de sus orígenes arcaicos y desarrollar sus ideas sobre el valor de verdad de las enseñanzas de las doctrinas religiosas y reconocerlas como ilusiones en su naturaleza psicológica (Freud, 1927).
El concepto de certeza en psicoanálisis se relaciona más radicalmente con la destrucción del pensamiento crítico, el atractivo seductor de la desviación, donde la única posibilidad es la de la repetición y la adquisición siempre parcial y dolorosamente ganada de certezas parciales (Aulagnier, 1984).
Abrimos la sección de Relectura y reedición de clásicos con la recuperación de dos valiosos artículos. El primero de ellos es “Antisemitismo, paranoia y el testamento del Dr. Ley” de Marie Langer, publicado en 1947, apenas caído el régimen nazi y cuando aún estaban muy presentes numerosos de sus representantes directos en lugares cruciales de autoridad en nuestro país. En este trabajo, Langer se ocupa de un documento referido al antisemitismo, redactado por el Dr. Ley —líder del “Frente de Trabajo Alemán” —, antes de su suicidio. Además de analizar este “testamento” en sus contenidos antisemitas, compara al Dr. Ley con el caso Schreber, en cuyo historial clínico Freud fundamentó su teoría de la paranoia y descubrió, en palabras de Langer, “que el yo del enfermo utiliza en su lucha contra el conflicto básico de esta enfermedad, principalmente el mecanismo de la proyección.”
Lía Ricón comenta el trabajo desde una perspectiva actual, e incorpora a la visión exclusivamente kleiniana de Langer no solo el concepto de forclusión de Lacan y el de desidentificación ideológica de Zizek, sino que además revisa aspectos de la teoría freudo-lacaniana. Nos recuerda “la vigencia de discriminar, creencias, ideales y certezas para estar abiertos a los cambios que el cada vez más acelerado avance de la ciencia y la tecnología nos ofrece”.
El segundo trabajo, “Algunas consideraciones sobre los ideales”, de María Lucila Pelento, publicado en la Revista Cuestiones de 1984, aborda el tema de manera muy acertada al señalar que el ámbito en el que Freud desarrolló sus teorías “se caracterizó por una intensa preocupación centrada en torno al problema de “se caracterizó por una intensa preocupación centrada en torno al problema de la pérdida y restauración de ideales”. Considera que la problemática de los idea les contenida en los discursos filosóficos, sociológicos y políticos —que surgieron como consecuencia del incremento de malestar provocado por la Primera Guerra Mundial— caló hondo en el pensamiento de Freud.
En su imperdible escrito, Pelento examina las ideas de Freud reflejadas en sus cartas y trabajos para dilucidar si Freud partió de esta temática de su época con el fin de revelar su sentido o si “la encontró en el camino de descubrimiento de lo inconsciente”. Revisa varias de sus obras, desde el “Proyecto de una psicología lo inconsciente”. Revisa varias de sus obras, desde el “Proyecto de una psicología para neurólogos” (Freud, [1895] 1950), donde se ocupa de “la vivencia de satisfacción”, al vincular los ideales morales con el desamparo, hasta su desarrollo metapsicológico en Introducción del Narcisismo (Freud, 1914) y más allá en El Yo el Ello (Freud, 1923).
María Cristina R. Hornstein focaliza su comentario en el pasaje del yo ideal hacia el ideal del yo en el niño, y remarca cómo esta última estructura deviene contradictoria al referir de manera simultánea a una organización derivada del yo ideal y a una identificación con el objeto parental idealizado.Rescata las formulaciones del trabajo de Pelento acerca de momentos vitales a lo largo de la vida que conmocionan las identidades, y son susceptibles de favorecer transformaciones subjetivas creativas o, por el contrario, de estimular represiones, síntomas, inhibiciones, o, más grave aún, desinvestimientos, así como el enactment de potencialidades, ya sean positivas o negativas.
En la sección Perspectivas psicoanalíticas sobre las creencias y el fanatismo hemos agrupado cuatro trabajos que se ocupan de cómo las creencias pueden originarse, sostenerse y exacerbarse hasta convertirse en fanatismo, así como el rol de la familia y/o del medio ambiente en tal derivación.En “El sujeto de la creencia fanatizada”, Mirta Goldstein analiza la manera en que la creencia —no fanática en sí misma— se transforma a partir de escisiones psíquicas muy tempranas. Examina la posición del sujeto fanático, a quien denomina “melancólico beligerante”, dado que resulta de una forclusión focalizada o doble desmentida. Considera que el que se fanatiza es el objeto idealizado o denigrado, y así cumple una doble función psíquica: la de concentrar “la libido en él para que el Yo no se fragmente”, y a la vez, se convierte en suplencia con el fin de subsanar el desgarro psíquico ocurrido.
A continuación, en “De la libertad de expresión al Estado Islámico: regresión patológica de adolescentes traumatizados pertenecientes a grupos de inmigrantes en Alemania”, Marianne Leuzinger Bohleber nos ofrece un trabajo muy relevante sobre una situación crucial que atraviesa el mundo actual. La autora reflexiona sobre el problema de la radicalización adolescente. Desde su amplia experiencia con migrantes, indaga en las fuentes inconscientes del fundamentalismo y del proceso de radicalización adolescente. Se interroga y nos interroga acerca de por qué la ideología del Estado Islámico resulta tan fascinante y cuáles son las emociones que reactiva. Señala, también, la paradoja del atractivo para los jóvenes de la restricción estricta de la libertad de expresión. Además, su trabajo brinda datos no siempre accesibles a nuestra lectura de la reciente historia europea, vistos a la luz del psicoanálisis, y aportes interdisciplinarios, sin dejar de lado una significativa ilustración clínica.
En “Reflexiones acerca de las creencias. Una perspectiva desde el psicoanálisis y la epistemología genética”, María Cristina Martínez Cipolatti se dedica a esclarecer “el fenómeno de las creencias como un rasgo propio de la afectividad y del pensamiento del ser humano”. No se limita al campo del psicoanálisis, sino que aporta el pensamiento de la epistemología genética; así agrega los desarrollos de Jean Piaget al examen de la obra de Freud y de Kristeva. La autora sostiene que es posible pensar en el funcionamiento de los mecanismos mentales de adhesión respecto de la relación afectiva de una persona al modelo de creencia a la cual esté apegado, y piensa que tal estudio implicaría la incorporación de lo interdisciplinario, transdisciplinario y multidisciplinario.
Cierra esta sección el escrito de Ana María Martín Solar, “Los comienzos del fanatismo: Una reformulación psicoanalítica a la luz del ideal y el duelo”, en el que plantea sus ideas sobre las articulaciones patológicas que se presentan en la estructuración temprana del aparato psíquico; de manera específica, la autora remite a una obstrucción en el pasaje de la organización narcisista primaria a la secundaria. En este contexto el papel de las identificaciones es crucial El punto central de su hipótesis se apoya en los conceptos del ideal y del duelo “como constructos que permiten esclarecer la formación de un enclave fanático en la personalidad”.
En el siguiente apartado, Reflexiones sobre los ideales y las creencias desde la visión clínica encontramos el trabajo de Ilse Barande sobre “Interrogación acerca de la evolución de los ‘ideales’ del yo”. Se ocupa de las situaciones clínicas en las que la “crisis” adolescente pone en dificultad a padres sobrepasados por situaciones que no logran controlar. Su enfoque, sumamente interesante, se centra en la posible “crisis de la mitad de la vida” de los padres, quienes —a pesar de haber aparentemente logrado objetivos importantes en sus vidas— están dominados por la frustración y el aburrimiento, situación que facilita el surgimiento de una nostalgia de los conflictos de la adolescencia desplegados de manera extrema por sus hijos.
Continúa un tema en debate planteado por Ada Zimerman en “Lo controvertido del tema del abuso sexual infantil en la historia del psicoanálisis”. La autora cuestiona la demora del psicoanálisis en enfrentar el tema del abuso sexual. También se ocupa de la razón por la cual los niños no denuncian mientras están siendo abusados, sino que recién lo hacen, y no todos, mucho tiempo después, a veces al llegar a la edad adulta. Apela a los conceptos de resignificación y lo siniestro en la obra de Freud, pero especialmente a los desarrollos de S. Ferenczi referidos al abuso sexual infantil. Incluye además a través de viñetas clínicas su experiencia en el ámbito judicial.
Cierra este apartado el artículo de María Fernanda Rivas, “Los innombrables , De la creencia a la expropiación psíquica en los niños”, en el que ilustra con su experiencia clínica “los efectos negativos operados en niños cuyos padres han transitado por separaciones conyugales sumamente conflictivas”. Describe cómo surge la prohibición de nombrar, mirar, tocar o pensar a un progenitor demonizado y emplea en su análisis del tema el mecanismo de las fobias y la lógica aplicada a los objetos tabús. En esta cuestión, afirma, está en juego el poder de la creencia cuando la realidad que se transmite está desvirtuada por personajes irrefutables del universo afectivo de los niños.
En esta oportunidad, la Mesa Redonda “Acerca de las creencias, los ideales y las certezas” estuvo integrada por Jorge Kury, Rafael Paz y Cristina Rosas de Salas, quienes dialogaron animadamente.
J. Kury se refirió, en especial, a la constitución del ideal y a la capacidad del lenguaje de reunir a la gente para crear mitos, que se encauzaron en religiones y organizaciones, a partir de elementos abstractos como lo son las creencias, los ideales y las certezas.
R. Paz desarrolló la evolución del método freudiano, que, desde el ideal de neutralidad de Freud y descompuso la lógica de configuración de los ídolos. Sobre la base del examen con el analizando de la génesis de los ídolos e ideologías personales o compartidas, más o menos secretas, la técnica psicoanalítica permitió observar qué ocurría cuando el núcleo de creencias del sujeto salía a la luz, qué cosas pasaban y qué modificaciones tenían lugar.
Cristina R. de Salas planteó su posición respecto de estos temas centrándose en un caso clínico que demuestra cómo se conectan dichas situaciones —en las que el juego de la transferencia-contratransferencia está sobre el tapete— con las cuestiones referidas a la neutralidad y a la abstinencia ideológica. Señaló que en este momento de predominio de tecnologías de comunicación es casi ingenuo creer en el anonimato del analista. Acordó con Assoun acerca de una trilogía de modalidades en las heridas del ideal: humillación, decepción y abandono. Esto implica no olvidar la afirmación freudiana de que las quejas son querellas, lo que marca el origen narcisista de los ideales y creencias.
Incluimos en este número una conferencia que René Roussillon iba a presentar años atrás en una actividad científica, actividad que no pudo realizarse. Hemos considerado que es muy valiosa y merecedora de hacerse conocer. Se trata de “Pluralidad y complejidad en psicoanálisis”, en la que el autor expone sus ideas acerca de la pluralidad que exhibe el psicoanálisis actual y propone reflexionar sobre lo que puede denominarse un núcleo fundamental del psicoanálisis que observa la complejidad de la vida psíquica y la diversidad del panorama clínico con el que se enfrenta la práctica psicoanalítica. Roussillon afirma que ningún modelo puede pretender explicar por completo el funcionamiento mental. Estipula luego lo imperioso de establecer el diálogo interanalítico para evitar que la pluralidad termine en una especie de “babelización” a ultranza.
Precisamente, en su comentario denominado “Puntualizaciones importantes acerca de la pluralidad y complejidad del psicoanálisis”, Pola Roitman de Woscoboinik, de forma muy clara y didáctica, enumera los motivos que promueven tal situación, y analiza luego cuidadosamente cada una de las propuestas de Roussillon para lograr una pluralidad fructífera. Sugiere una revisión conceptual de las nociones centrales planteadas en el texto: la asociatividad, la transferencia, la narración y el conflicto entre las pulsiones, y de ningún modo deja de lado la neurociencia, puesto que afirma que el psicoanálisis no puede estar separado del resto de la evolución científica, de ahí que sea necesario abrirse a un diálogo cuidando de no apartarse de sus postulados específicos y de una posible confrontación.
Nuestra sección destinada a las 20.º Jornadas Joseph Sandler. El conocimiento y tratamiento de las depresiones la hemos dedicado en esta oportunidad al trabajo de Charles Fisher sobre “Los mecanismos de cambio en el tratamiento psicoanalítico de la depresión. Algunas preguntas para los investigadores”. La riqueza de este trabajo estriba en la generosidad con la que Fisher expone tres casos clínicos propios y su asociación con los tipos de depresión descritos por S. Blatt: depresión introyectiva y depresión anaclítica, a las que el autor agrega una tercera que denomina traumática. Sus hipótesis son, por un lado, intentar probar si el tratamiento psicoanalítico seguido ha sido de elección y si los mecanismos de cambio propuestos han sido los adecuados; por el otro, considerar si la tipología propuesta puede, además, correlacionarse con
recientes hallazgos neurocientíficos.
Comentaron su trabajo Susana Vinocur Fischbein y Robert Galatzer Levy. Vinocur Fischbein lo hizo desde una perspectiva clínica y teórica. En las consideraciones del material clínico rescató las ideas y la obra de autores rioplatenses que se expresan en dos líneas principales de pensamiento. Una de ellas referida a las vicisitudes del narcisismo y sus conflictos, que se relacionan estrechamente con los enfoques de la práctica clínica; y la segunda más vinculada con los procesos psíquicos relacionados con el duelo y los procesamientos inherentes a las pérdidas objetales, reales y/o fantaseadas.
Galatzer Levy se refirió a las dificultades inherentes a la definición de categorías diagnósticas significativas, del tipo de las sugeridas en el trabajo de Fisher, si se parte de los tradicionales métodos de investigación nomotética. Consideró que aun si los tratamientos psicoanalíticos pudieran ser informados con exactitud, sería necesario que tuvieran suficiente poder (en sentido estadístico), para que dichas categorías fuesen significativas, ya que recolectarlas dentro de un marco de tiempo razonable sería poco posible.
Como es habitual, finalizamos este número con las secciones Revista de Libros y Revista de Revistas. En la primera, Cecilio Paniagua reseña un muy reciente libro de Fred Bush dedicado a develar el concepto polisémico de Bion acerca de los ensueños (rêveries), que evoca muchos otras nociones, tales como como “sueño”, “ilusión”, “distracción”, “fantasía”, “arrobamiento”, “desvarío”, “delirio”, “contemplación”, “meditación”. De ahí que Bush lo considere “enigmático”. Paniagua realiza un exhaustivo análisis del tratamiento de Bush, no solo acerca de los diferentes sentidos del concepto, sino respecto de su devenir entre distintos psicoanalistas y teorías.
En Revista de Revistas, María Ester Hodari brinda un muy completo informe de la Revista Chilena de Psicoanálisis. Asociación Psicoanalítica Chilena. Vol. 33, N.° 1, de 2017. En ella ocupan un lugar destacado un reporte de las Jornadas Trasandinas de Psicoanálisis, Santiago, Chile, 2015 y otro de las 27. Jornadas Interregionales de Niños y Adolescentes, Fepal, Santiago, Chile, 2015, además de artículos individuales de destacados analistas.
Comité Editor de la Revista de Psicoanálisis
Susana Vinocur Fischbein
Directora.
Bibliografía
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